Odio el primer trimestre de embarazo

Estoy embarazada por segunda vez. Por su puesto que estoy contenta, ya estábamos buscando al hermanito de mi primer hijo y todo salió como lo teníamos planeado. Pero debo confesar que pensé que los síntomas de este segundo embarazo serían más llevaderos. Me equivoqué. Y detesto absolutamente todo lo que me está pasando hormonal y físicamente.

Es terrible sentirte enferma durante 2 meses continuos, sin un día de lucidez: malestar estomacal, asco, ganas de vomitar, vómito, aletargamiento, poca energía, agruras, estreñimiento, hemorroides, gases, dolor en el vientre, mareos, antojos asquerosos; y todos estos síntomas físicos repercuten en una actitud irritable, gruñona, triste, harta, de malas, odiando a todo mundo, desesperada, frustrada, en fin.

Sé que no todas las mujeres pasan un horrendo primer trimestre en su embarazo, pero hay quienes sí y estoy segura que como yo, detestan esta etapa de su vida.

El mayor reto al que me he enfrentado después de convertirme en madre, ha sido el de sentirme ama de casa. Lo lamento, pero tengo un fuerte problema con el término; de manera racional, sé perfectamente que no hay nada de malo en dedicarte al hogar e incluso admiro a las mujeres que deciden hacerlo: es un trabajo que nunca termina y que pocas veces es apreciado por los demás. Tal vez esa es la razón por la que me genera conflicto.

El problema conmigo es que una de mis necesidades más fuertes es la de sentirme exitosa en el ámbito profesional y me frustra demasiado sentir que durante esta etapa he tenido que detener o postergar ciertos proyectos porque no me siento al 100 % de mi energía y vitalidad, porque estoy en el terrible primer trimestre de mi embarazo.

Me siento muy frustrada. A pesar de que sé que esto es sólo una etapa y que de hecho estoy a punto de superarla (así que dejen de decirme que va a pasar, como intento de tranquilizarme, estoy histérica. Entiéndanlo). Me frustra el hecho de que los hombres no tengan este problema. Y tal vez estoy siendo dramática o injusta con ellos, pero en este momento no me interesa ser justa con nadie. El mundo sigue girando y yo estoy varada, y eso es lo único en lo que puedo pensar.

Lo que sí creo que es importante aclarar, sobre todo si tú que me lees estás atravesando por la misma situación, es que sentir lo que estamos sintiendo en este momento no tiene absolutamente nada de malo y es lo más humano del mundo. Es horrible no poder quejarte a gusto delante de gente que pone cara de asombro y te dice: “¡ay, pero si es una bendición!” Nadie jamás entenderá mejor que tú lo que está pasando dentro de ti, así que no te sientas con la obligación de ofrecerle explicaciones a nadie.


Disfrutemos este primer trimestre, sí, pero a nuestra manera y como nuestro cuerpo y nuestro espíritu lo vayan sintiendo; y si es mentando madres y odiando a todo mundo, pues que sea así. El embarazo, como la maternidad y la vida en general no es color de rosa. Dejemos de comprarnos estereotipos absurdos y permitámonos experimentar esas emociones negativas sin miedos y sin culpas. Insisto, somos humanas. Y sí, odio este primer trimestre de embarazo.

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