¡Respeta mi lactancia!



A propósito de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, no podía dejar de escribir sobre este tema que me encanta. Soy una mamá pro lactancia, pero considero importante aclarar que no soy una nazi de la lactancia: para mí una mujer no es más o menos madre por dar pecho o dar fórmula.

Por eso titulé esta entrada así; “¡Respeta mi lactancia!”, porque a lo largo de estos tres años y ocho meses de ser mamá y de dar leche ininterrumpidamente, he recibido tantos comentarios inapropiados que me siguen haciendo mucho ruido en el sentido de pensar: ¿por qué la gente tiene la creencia de que su opinión es la más importante y además, de que a las mamás nos encanta escuchar consejos ajenos?
Con mi primer mi hijo me comprometí a la lactancia materna exclusiva y además fue una lactancia prolongada que disfruté mucho y decidí cortar meses después de que naciera mi segundo hijo porque tuve lo que le llaman “crisis de lactancia”, que es cuando sientes repulsión por estar alimentando a tu hijo mayor. Fue un proceso doloroso pero al final ya está superado tanto por mi hijo como por mí.

Con mi segundo hijo, opté por una lactancia materna pero no me cerré a la opción de darle fórmula si en algún momento no me daba tiempo de sacarme leche para dejarle su biberón o de plano no me salía suficiente para dejarle reservas.

Me quité el gran peso del “qué dirán” y, con el apoyo de mi esposo, fuimos a comprar el primer bote de fórmula. ¡Uf! Me sentía como alguien haciendo una travesura y además sintiéndome orgullosa de haberlo hecho. Esto lo digo no porque esté mal dar fórmula a nuestros hijos, sino justamente porque yo estaba tan preocupada por lo que la gente pudiera pensar de mí, que no me atrevía –aunque quisiera desde hacía mucho tiempo- a darle leche de lata a mi hijo. Cuando estuve en este proceso recibí comentarios como: “Ay, pobrecito. Él prefiere la leche de su mami.”

¿De qué se trata entonces, de darle gusto a la gente para que no me critiquen? ¿Darle fórmula a mi hijo me hace una mala madre? En absoluto. De hecho, no me importa. Para mí no es un tema relevante en una conversación entre madres cuando preguntan: “¿Y le das pecho o fórmula?” Como si de la respuesta que dé dependiera si les voy a caer bien o mal.

Mi hijo menor tiene más de un año y sigo amamantándolo esporádicamente. No faltan los comentarios en la familia como: “es que ya no deberías de darle, es pura maña”. Entonces que mejor alguien me explique qué hago, porque nada les gusta.

Pareciera que estoy enojada pero no es así, solo me interesa hacer muy claro el punto de que hagamos lo que hagamos, decidamos lo que decidamos, siempre habrá gente opinando bien o mal de nosotras. Mi respuesta es que nadie mejor que la mamá sabe cuál es la mejor decisión para ella y sus hijos; y fuera de eso, no les debemos explicaciones a nadie.

Así que, mamá, si tú das fórmula porque quisiste aunque pudieras dar pecho, si tú das pecho y amas hacerlo, si tú das fórmula porque intentaste dar pecho y no lo lograste, si tú das pecho pero ya quieres dejar de hacerlo y no sabes cómo, si tú das fórmula y te encanta hacerlo; sea como sea, eres la mejor mamá. Tu lactancia no determina tu valor como madre.

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